martes, 14 de agosto de 2012

el antisemitismo judio





Algunos pensadores  aducen que el antisemitismo es en realidad fomentado directamente por los mismos judíos por diversos motivos, como para mantener la cohesión y la obediencia de la comunidad, recordándoles que deben mantenerse unidos “contra el enemigo común goim”, así como permitiéndoles generar lástima y sentimientos de culpa en los gentiles (similar a lo logrado con la ficción del Holocausto). Esta teoría tiene su asidero si vemos la realidad de que los Talibanes de Afganistán son de origen judío, que la Inquisición supuestamente antijudía fue manejada por marranos conversos como Torquemada, que el Ku Klux Klan fue fundado por masones o de que Stalin realizó la famosa purga por el “complot de los médicos”, aduciendo que médicos judíos querían envenenarlo y así iniciando una purga antisemita en la URSS (pero antes de que la mayoría de las condenas se concretaran Stalin murió misteriosamente de un derrame cerebral en el aislamiento de su mansión, quizás envenenado, Krushev, su sucesor, indultaría a todos los judíos “perseguidos”). Tampoco se debe descartar un “efecto Golem” en el sentido de que las creaciones judías se vuelven contra sus creadores como en el mito del Golem creado por el oscuro cabalista Jehuda Loew y que se podría ver en las persecuciones antijudías realizadas por la Iglesia Católica, el Islam y el comunismo que son creaciones judías. Lo cierto es que a juzgar por Torquemada, Stalin o los Talibanes el judío aunque sea católico, ateo o musulmán sigue actuando de acuerdo a su programación genética y sigue estando inconscientemente al servicio del Demiurgo-Moloc y sus planes. Cuando no puede, la misma programación lo lleva a la autodestrucción como le pasó a Koestler y a Burros. Esta es una programación genética en la sangre de la cual el escape es muy difícil.










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